Bienvenidos al Blog de "El Secreto de sus Ojos"

Te damos una cordial bienvenida a nuestro blog, en el cual nos encargamos de realizar un análisis a la película argentina "El secreto de sus ojos", reconociendo y abordando los diversos dilemas éticos relativos al ejercicio de la profesión de abogado que en ella se presentan.

Reseña del film

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La película está situada en el año 1999, la cual se relata realizando racontos, en donde se retrotraen a lo ocurrido en junio del año 1974, en donde, Benjamín Espósito, funcionario en esa época del tribunal (oficial primero) comienza a investigar el crimen cometido en contra de una joven mujer, la cual fue ultrajada y luego asesinada en un barrio de la ciudad de Buenos Aires. Ricardo Morales, marido de la mujer violentada, muy afectado por la noticia de la muerte de su mujer, cuyas circunstancias ya se conocen, acepta la ayuda de Espósito quien le promete encontrar al asesino y así hacer justicia. En su labor de investigación Espósito es asistido por Pablo Sandoval, oficial segundo y la señorita Irene Méndez, quien desempeña la función de Secretaria del Tribunal.
Romano, oficial de otra secretaría del tribunal, quien no tenía afinidad con Espósito, acusa injustamente a 2 trabajadores, con la exclusiva finalidad de resolver pronto el asunto, ante ello, el protagonista, luego de ver a los prisioneros afectados, quienes fueron torturados para que declararan su culpabilidad (que no tenían), se enfrenta a Romano, por la injusticia que se estaba cometiendo con personas totalmente inocentes y lo acusa, provocando la remoción de Romano del tribunal, resultando trasladado a otro poder del Estado.
Al transcurrir la película, Espósito en su afán de búsqueda por el verdadero culpable del crimen, pone atención en unas fotografías antiguas, en la cual aparece la joven ultrajada, logrando identificar que un hombre, cuyo nombre es Isidoro Gómez, miraba fijamente a la víctima en todas las fotografías, cuestión que causaba sospechas en Espósito. Le comentó esta última situación al esposo de la joven asesinada lo que provoca que este último se ponga a indagar, situación de la que se entera el culpable, quien comienza a escapar ante su eventual captura. Espósito, en su incesante búsqueda por descifrar la verdad del caso, y ante la negativa del juez titular del tribunal a realizar más diligencias en la investigación, ingresa, junto a su asistente, de forma ilegal a la residencia de la madre del señor Gómez, en donde encuentran cartas que este último le enviaba. Tras infructuosas diligencias, se produce el cierre de la investigación.
Espósito, pese a que la investigación se había cerrado, y conmovido por lo que sentía el esposo de la joven asesinada, intenta convencer a Irene, secretaria del tribunal, para que reabra la investigación, fundándose en motivos emocionales, y abusando de la intima relación de amistad que tenía con ella, persuadiéndole hasta que finalmente esta accede a destruir una resolución y falsificar decretos para aparentar que el procedimiento siempre estuvo en movimiento.
Tras descifrar el contenido de las cartas recogidas ilegalmente, se logra dar con el paradero y capturar al sospechoso tras una intensa persecución, quien finalmente confiesa el crimen ante presiones ilegales que realizan Irene y Espósito. Ante tal confesión, es juzgado y condenado, sin embargo, es liberado un mes después, tras un viciado procedimiento articulado por Romano, enemigo de Espósito, quien utilizó su influencia en el poder ejecutivo para que dicha liberación se efectuara. Morales, el viudo, se percata de lo sucedido, se reúne con Espósito, y este último le señala la imposibilidad de volver a condenar a Gómez en conformidad a las leyes vigentes.
Tras 20 años,  y ante diversos sucesos, tales como el asesinato de Sandoval, auxiliar y amigo del protagonista y el auto exilio de Espósito debido a que fue perseguido para ser asesinado, este último concurre a visitar a Morales, el cual se había mudado a un inmueble aislado ubicado en las afueras de la Provincia de Buenos Aires. Una vez juntos, Espósito le pregunta a Morales, como pudo sobrellevar la injusticia cometida con su amada mujer, ante lo cual, este último se altera y falsamente le confiesa que acabó con la vida del asesino. Contado lo anterior, Espósito se marcha, no obstante ello, tras reflexiones, decide volver a la casa de Morales. Al llegar, descubre que este mantenía encerrado al asesino de su mujer desde hace más de dos décadas, alimentándolo precariamente y sin dirigirle palabra alguna, como una forma de hacerle pagar por el delito que cometió, satisfaciendo su deseo de retribución.
 

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